Todos los que jugamos con las palabras y los sentimientos, ya sean nuestro o los visto en la calle de nuestras casas,se nos da por reflejarlas... hace tiempo (al igual que muchos) sacamos de los archivos negros los poemas o escritos macerados en la soledad para ser reinventados...he tenido la suerte de conocer al Feliciano Mejía, uno de los poetas más sobresalientes de nuestra generación con sus formas sinceras de llevar la palabra clavada en sus costados.El año pasado en su revista virtual CÍRCULO DE FUEGO, edito parte de un poemario llamado ERMITAÑO URBANO.Y le solicite que me haga la presentación y a la vez me ha sugerido ciertos arreglos que en parte se toma en cuenta viendo la maestría del trabajo que me antecede.Y quiero compartir la presentación de mi libro de poemas con ustedes. ok
BACO Y LA ANGUSTIA VERDE
Por Feliciano Mejía
Es gratificante leer los poemas de Germán Martínez, un artista de Cajamarca afincado en la caliente y bullente Pucallpa, un artista que en sus poemas es más pucallpino y selvático que los propios lugareños de la Tierra de May Ushín. Sus versos descarnados de florilegios, su tono socarrón hasta llevarnos al lindero del humor y visión de la realidad de un Henry Miller o un Charles Bukowski, denotan un poeta arraigado en lo concreto, con una corrosiva y rebelde capacidad de cuestionar el orden establecido, y con él, la esencia del ser humano contemporáneo en su soledad, flaquezas y esperanzas. Transitando por la angustia existencial del hombre del siglo XXI.
Por ejercicio del trabajo literario en casi 50 años hemos ido aprendiendo de nuestro pueblo muchísimas formas poemáticas, y por nuestros estudios en universidades los mecanismos idiomáticos y técnicos del arte de poematizar. Y ello nos da confianza para afirmar categórico que nadie escribe poesía. Que quien cree o afirma hacerlo o es un intonso o un redomado farsante. Pues, hemos aprendido que lo único que hacemos son objetos lingüísticos llamados poemas, los cuales están formados por líneas llamados versos y ellos formados por palabras. Y las palabras conllevan ideología y posición de clase. Y en este nivel, se da una opción política. Y que no existe la llamada poesía pura y la poesía comprometida. Todo poema es compromiso y tiene opción política, pues su elemento esencial es la palabra y ella nunca es neutra.
Para empezar, nadie que yo sepa, desde el primer hombre que hizo poemas, supo lo que es la poesía. Pueden haber tantas definiciones como autores haya. Y sostenemos, sin pecar de orgullo, que la poesía no está en las palabras o versos o poemas sino en la realidad. La poesía, sin saber definirla, pero sí intuirla en tanto autor, la vemos y sentimos con ráfagas de escalofrío o goce sublime, en toda la realidad que nuestros cinco sentidos pueden captar.
El escritor de poemas, que es un trabajador de las letras especializado en poemática, llamado poeta, capta con todos sus sentidos, con toda su sensibilidad, con todo su ser especializado en analizar intuitivamente la realidad; capta, repito, la cantera de la realidad que le toca vivir y de ahí elabora sus textos, para desde ellos, poder ofrecer a su lector o auditorio, la poesía entrevista en la realidad concreta. Que ella, la poesía captada pueda re-producirse en la sensibilidad de su público, es propio de los geniales autores, de los geniales poetas. Son aquellos que logran textos de marcada impronta que pueden leerse continuamente, una y otra vez, y seguir dando, desde y a través de los textos, la poesía entrevista por el autor dado. De ahí las relecturas constantes, por ejemplo de un Vallejo, sin jamás agotar su capacidad de vehiculizar el contenido entrevisto de la realidad llamada poesía.
Pero la “extracción” de la poesía de la realidad no le es exclusiva al llamado poeta. El pintor con el color, el músico con el sonido, el escultor con el volumen, el teatrista con el subtexto, el ballerino(a) con el movimiento en su cuerpo, el novelista o cuentista con la “historia” representada, etc., cada uno con instrumento elemetal dado, todos ellos pueden hacernos gozar de la poesía por ellos captada de la realidad vivida por el hombre-artista en cuanto ser de una clase social determinada.
Pero acá hablamos de los poetas, cuyo instrumento de trabajo es la palabra. Pero acá no hablamos del poeta o trabajdor de la palabra en el aire. Acá estamos hablando de GERMÁN ALEJANDRO MARTÍNEZ LIZARZABURU y su poemario SHAMÁN SIN SUERTE.
Y hemos querido presentar esta obra con estas líneas tituladas BACO Y LA ANGUSTIA VERDE, porque lector, al asomarte a este libro verás una sensibilidad del Bacante que llega a los extremos del goce y el delirio, de la angustia, el dolor y desamor extremos, de la corrosividad socarrona y de la crítica sin tapujos propio de un hijo de Baco. Pero este Bacante no en la metrópoli, sino un Bacante de la selva, de la selva peruana, la verde selva pucallpina, de una ciudad que crece como un suburbio en floración. Por ello, a veces uno estaría tentado de pedirle al autor que nos haga un glosario de las voces propias de nuestra selva peruana que Germán usa con naturalidad. Para muestra un botón. Mapacho. Es tan corriente y normal para un selvático conocer el Mapacho. Y más aún el L.M. o Legítimo Mapacho (risueña alusión a la cajetilla de cigarrillo extranjero tan publicitado), pues de lo que aquí el topónimo refiere es al tabaco fumado por el pueblo de la selva. Aquí es una voz nueva y desconocida para otras regiones del Perú y mucho más desconocido y extraño para otras latitudes del mundo. Por ello, enriquece el lenguaje. Mas, esa voz es una gema preciosa del lenguaje popular. Y de esa gemas, este libro está lleno, como una mina lingüística. Y a su vez es hermoso ver a un autor que, partiendo de lo particular, del terruño pequeño, que es de donde parten los verdaderos artistas, logra llevarnos a los linderos de lo óntico, de lo universal del género humano.
Esos son los principales méritos de la pluma de Germán Alejandro. Y por supuesto, haber elaborado una serie de textos, con una simplicidad diáfana, estructuras lingüísticas muy ricas en contenidos que nos llevan sin muchos preámbulos a la poesía de la vida, de la realidad del hombre y la sociedad de la selva peruana contemporánea.
¿Se le puede pedir más a un poeta?
Alas y buen viento a este libro y alas y buen viento a este autor de calidad insólita.
F.M.
Guayaquil, 14 de enero 2014.
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