EL PRECIO DEL AMOR
Por : Germán Martínez
Un día bello.
Una calle transitada.
Un motocar rojo, un chofer.
Y de pasajero una joven, bella mujer. Toda ella, así de sexi, cabellera larga, curvilíneo cuerpo pero:
Nada hacía presagiar que el amor tiene un precio.
TAN SOLO
Por haber creído a un hombre casado, con mujer, dos hijos y la promesa de la separación
Que te bajo la luna y las estrellas, te daré todo como a reina, sí eres mía.
Este zapatero había puesto la tachuela ya hace algunos años, cuando Roxana de la Piedra y Luna, tenía 14 años y estaba en el tercero de secundaria.
_ ¡Fuera de acá, Cholo Curinuqui, mugriento zapatero!
Y daba la media vuelta y muy ella iba caminando así. Toda sexy-niña-mujer.
De esa escena habían pasado ya varios años y el mugriento zapatero ya había dado puntada con hilo, y en casa de Roxana estalló la noticia, todo tipo de castigos y prohibiciones fueron en vano
Roxana estaba perdidamente apasionada del mugriento zapatero Curiniqui. Curinuqui perdidamente arrecho por la chibola y hasta había dejado de cumplir sus obligaciones en casa.
Todos sabían del nuevo romance.
La Julia Tanchiva su mujer le advirtió, sí sé de nuevo que sales con la chibola puta daña hogares y roba marido, a los dos le voy a dar de alma, pobre de ti si te veo que la llevas al instituto en la moto. Curinuqui le tiene miedo a su mujer, por una noche cuando llego borracho y oliendo a sexo casi le corta el pene y de un pelito se salvó de quedar eunuco.
El sol radiante de ese día escondía al acecho a la Julia, bajo el torreón del reloj público en la plaza Grau, el río Ucayali a pasible surcaba la ciudad.
Vio llegar al motokar rojo.
Corrió - cruzó la calle 9 de Diciembre.
Felina ella, tomó de cabello largo, hizo un nudo en su mano y jalo con fuerza haciendo volar los cuadernos de la joven mujer, a lo troglodita la arrastró el cuerpo una cuadra abajo, con la pres asustada en el suelo le puso la rodilla en el abdomen, y de un zarpazo le arrancó la blusa blanca y de un tajo le arrancó el sostén al toque nomas le arremangó la falda y le hizo trizas a su calzón blanquito que le compró el mugriento zapatero. Aun en el suelo la wambra y Julia encima, sacó las cuatro bolsitas de curichi conteniendo ají charapita licuado y zas le reventó uno en toda su vagina un grito de ardor paralizó la ciudad.
_ Y esto es para que se te quite lo arrecha, hija de puta, concha tu madre roba marido, puta regalada, esto es para que no te estés metiendo con hombres casado, malparida cachera de mierda. La segunda bolsita la reventó en su boca y esto es para que sepas que amargo y picante son los besos que mi cholo ya no me quiera dar por tu culpa arrecha de mierda y las otras dos bolsitas restantes una la reventó en sus pechos maravilloso color almendras la otra en su culo blanco de la Roxana, sus compañera por más que quisieron separar a la Julia ella estaba prendida como sanguijuela, y llenarla de golpes en el bello rostro de princesa, recién cumplido su objetivo la soltó y salió despavorida en un motokar rojo con rumbo al Colegio Guadalupe y ahí contó todo o que le hizo a la wambra arrecha quita marido.
El día sigue siendo bello, ya no hay multitud y acá nada pasó,la calle 9 de Diciembre volvió a la rutina de siempre.
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