Por: Germán Martínez Lizarzaburu
Años pasaron…Ella, llego en una motocicleta
rojo brillante y con una sonrisa universal, y su cabello castaño crespo revoloteaba al sol.
¡Hola profesor, a los años!
Es bella esta mujer, que ayer no más fue
una adolescente radiante, con esa mirada curiosa, parlanchina, linda criatura. El
rojo pasión del semáforo era eterno, hasta que el sol de la esperanza, la hizo
avanzar hasta la vereda donde me encontraba parado listo para cruzar la cebra que hay en las esquinas de la ciudad.
A sus catorce años, sus padres (más la
madre), le entregaron a un joven universitario, que trabajaba poniendo postes
en el caserío de San Juan, para que sea su mujer y deje la pobreza en que se vivía.
Esa vez me quede triste sin entender el
porque .
Hoy tienes dos hijos, carro, casa y
perro, su marido con las justas la hizo terminar la secundaria estudiando en la noche, ella deseo ser siempre
abogada.
Por su belleza extrema cae a pelo el
estribillo…”quien se casa con mujer bonita, ni cien curanderos el susto le quita…”
los celos extremos, y el hacerle recordar siempre que sus padres la vendieron, la
humillaba y le baja la auto estima. Hasta que ella tomo coraje.
A sus veintiocho años ha decidido no
vivir más con su marido.
Un pretexto real fue las mil
tonterías que hacen los hombres, que teniendo todo en casa sacan los pies del
plato, tirando canas al aire que a estas al turas de la vida uno se queda
calvo.
Ya no duerme con él, dejo de botarlo de
la casa, porque un día el señor, intento suicidarse, colgándose de sus corbatas,
esa vez que ella se fue a la casa humilde de su madre. Sí permite estar en la casa
es por la pena que le da hoy, pero él duerme en el cuarto de los niños.
De aquel día el marido esta empeñoso,
como nunca cocina, lava, plancha, barre y deja el dinero que nuca dejaba para
la casa.
Fue en la civichería Rosita, frente al
hospital en el mes de noviembre, después
de ordenar un combo y tres chilindrinas bien helenas, que me juro que sería mi chica,
y bebimos la tarde de lo lindo y aun no creo que este conmigo.
De ese encuentro nos hemos visto esporádicamente,
y solo besos y tomaditas de la mano escondidos en lugares públicos, ceviches y
cervezas,… que ya habrá su momento para hacer cochinaditas. Decía ella.
Estuvimos alejados varios meses, cuando
en un arrebato de confusión de principios
morales y de culpa, la mande a lavar sus calzones y a cuidar a sus hijos,
después de haber bebido más de la cuenta en el Bar Don Napo. Como me arrepentí
y encima perdí mi celular y como no tengo buena memoria no atine a recordar su número,
y me invadió más la tristeza y la soledad.
Pasaron meses hasta que un buen día más deprimido
sonó mi nuevo celular.
¡Hola profesor!
¿Usted se ha olvidado de mi. A caso no
me recuerda?
Que de mudo, un silencio de excitación,
como un silencio de gusto.
Qué bien que me llames. Dije.
A partir de esa fecha salimos, cada día
y el rencuentro fue en el hospedaje Punto y Coma, ese de cuatro horas, por diez
soles, la abrase la bese como un niño asustado, conversamos poco, solo nos miramos
y como dos necesitados de afecto hicimos volar
nuestras ropas por el pequeño cuarto y como dice la canción la bese hasta
las sombras.
Dios Mío.
Después del gusto me vienen
los remordimientos morales.
Mi ex alumna.
Bella mujer, y yo jugando a los amantes.
Desde ese encuentro habrá habido unas cincuenta citas explosivas hasta ayer.
Y me quedo ahí, por que mañana cumplo (sin-cuenta)
y ella veintinueve, solo espero que no me haya convertido en un pone cuerno, jodiéndole
la vida a un pobre shamán sin suerte como lo fui yo. Será mejor que termine esta
relación de romance juvenil, porque a la edad que tengo, me surge un nuevo amor
y eso no es verdad. Así que no le llame
como un mes, hasta que sonó el celular era ella:
Hola profesor.
Hola princesa.
Ya no quieres verme verdad. Por eso te decía
no hay que hacerlo cada rato la cochinadita, pero como eres insistente y un
arrecho, más ese floro que me sueltas, quien puede decirte que no y me agradas
que me cojas y estar contigo mi viejito lindo eres una amor y el padre que no
tuve.
Tú sabes princesa que llegaste a mí cuando
ya no tenía esperanza de amar y de sentirme vivo otra vez y cuando quería
seguir hablando ella me saco de la poesía.
Ay profesor, tenemos que vernos urgente y deja de estar hablando
vabiecadas, que lo que voy a decir es muy serio.
Bueno princesa nos veremos en media hora
en el Punto Y coma.
En el cuartito de madera, ella me abordo
sin besos ni arrumacos, sino con una bomba de esas que si fuera chibolo me
arrojo por la ventana NO MEDA MI RREGLA.
Caray princesa, a tu edad. Tú ya sabes
lo que hacías, que no me preocupara, me decías, pero bien veamos este asunto y
encontremos una solución… nos quedamos
en silencio.
En el trascurso de mi preparación como
padre frustrado y con amores que no fueron nunca míos me han dado más abortos,
que si ellas no los hubieran matado tendría una larga prole, la primera que
mato mis sueño fue Maritza, como también de la española, y mi hermosa Mimí, la flaca de María, y ahora mi princesa. La
vida pasa factura, bacán hubiera sido saber los sinsabores de ver crecer a los
hijos aunque ellos después se vuelvan ingratos con los padres.
Rompí el silencio diciendo no hay retraso
menstrual que el Dr. Salazar no arregle, menos mal que solo han pasado tres
días de tu periodo menstrual y doscientos cincuenta soles por la receta.
Dame a mi profe ese dinero, que voy
donde una amiga, a esa Salazar no lo conozco.
La verdad que me alegre con la noticia
de ser padre, pero el egoísmo puede más, y cuando una mujer no desea terne un
hijo tuyo así no le des el dinero termina
con tu vestigio de vida y te trasforman
en un solitario del tiempo sin pasado, sin presente y sin futuro.
Mira princesa pero tenemos tres
alternativas antes que hagas esto: Primero,
es que lo tengas y digas que es de tu marido, no va pasar nada siempre
cargan con el muerto.
Hay profesor si con él ya no hago nada,
que te pasa.
Dos, cuando nace el bebe me lo entregas
y punto.
Ay sí tú como si tuvieras tiempo, no
seas tonto
Tres, entonces ponte un correctivo y se
tú la que arranques mi corazón.
Nunca hice esto mi (amor con tono de
culpa), si fueran en otra circunstancias te daría un hijo bien sabes, porque te
amo desde que te vi en el colegio, fuiste mi pasión mi sueño yo soy la tonta
por buscarte ese día y ser tu chica y solo contigo hago tonterías, eres muy
divertido me haces reír y me devolviste el entusiasmo y quiero estudiar derecho,
contigo comprendo que me agradan las personas mayores y tú eres mi sueño, mi poeta y espero que me pintes un
cuadro y me lo das lo pondré en la cabecera de mi cama en mi cuarto así no te
olvidaré.
Asunto cerrado, después de esta conversación
han pasado un año que no nos vemos y estoy más solo que un perro sin dueño, un
poco más cansado y de haber visto pasar mi vida como el agua por mis dedos y a la
edad que tengo me quedo sin un amor para el final de mi corta existencia.
Mi ex alumna fue la chica más bonita que
ha tocado mi corazón, y mi billetera
hasta dejarla vacía pero que importa.
La vida sigue igual hey!!!
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